¿IR AL DENTISTA, YO? ¿PARA QUÉ, SI NO ME DUELE NADA?
Cuando dudes si llamar o no al dentista, ¡recuerda el refranero! Y es que en la boca, como en tantas otras cosas de la vida, es mucho mejor prevenir que curar. Por eso, pedir cita con tu dentista una o dos veces al año aunque no te duela nada, es el mejor consejo que te podemos dar.
Porque no es una cuestión de ponernos la venda antes de tener la herida, sino de saber que cualquier pequeño problema en nuestra dentadura, si se trata desde su inicio, suele proporcionarnos soluciones más rápidas y menos costosas.
Así que, si en vez de acordarnos de Santa Rita solo cuando truena, mantenemos la sana costumbre de visitar a nuestro dentista una o dos veces al año, estaremos ahorrándonos tiempo y dinero. Para vivir con la tranquilidad de tener una boca sana, recuerda: ¡revisar es mejor que curar!
No comments. Leave first!